Sehr geehrte Frau Bundeskanzlerin,
Durante la emergencia debida al brote de coronavirus, usted ha demostrado una vez más – y como en muchas otras ocasiones – su capacidad de liderar el país. Tanto como canciller como en calidad de experta en física supo entender el alcance de la emergencia sanitaria y el desafío que supone para toda Europa.
Ahora, nos dirigimos a usted como ciudadanos alemanes y europeos para pedirle que lidere una respuesta común europea – como en la mejor tradición europeísta de la política alemana– ante la crisis económica y financiera desencadenada por la pandemia.
Observamos, con creciente preocupación, el aumento de cólera, acritud y resentimiento entre el sur y el norte de Europa. Una pandemia no conoce fronteras entre el norte y el sur de Europa, ni debe construirlas. Es una amenaza existencial para la Unión Europea misma, en su conjunto, y ante ella nuevas formas de solidaridad se hacen necesarias.
Si no llegasen a concretarse, algunos países tendrían que enfrentarse a consecuencias mucho más dolorosas que otros. Eso nos preocupa. Sabemos que Alemania recuerda la dramática recesión sufrida después de la Primera Guerra Mundial. Si Europa, en su conjunto, hubiese prevenido la crisis, ¿cómo hubiera cambiado la historia? La Unión Europea ¿no nació precisamente con el propósito de escribir una historia distinta?
Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, Alemania, mucho más que cualquier otro país, supo aprender de su amargo pasado. La reforma inmediata de sus fuerzas armadas y, sobre todo, la forma dolorosa pero firme con la que se enfrentó a atrocidades colectivas e individuales fueron y siguen siendo la base fundacional de una nueva Alemania y, asimismo, parte importante de la herencia europea.
En circunstancias difíciles, la visión europea de Alemania se impuso sobre intereses nacionales, aun legítimos. Ningún defensor de una Europa unida puede olvidar el compromiso de toda una vida de Willy Brandt en favor de una Alemania europea y no de una Europa alemana. Un compromiso compartido con Helmut Kohl, quien se ganó merecidamente su lugar en la historia como interlocutor fundamental de un intercambio virtuoso entre la creación del euro y la reunificación inmediata de Alemania, a través de un diálogo solidario que ha involucrado a Europa entera.
La pandemia ha generado una emergencia que no estaba prevista y que requiere el mismo diálogo solidario en el interés de todos los afectados.
Los European Bonds, que están relacionados con la emergencia pero que entrañan un significado histórico mucho más amplio, representan la necesaria garantía para completar los esfuerzos ya realizados por el Banco Central Europeo y por cada Estado individualmente. Como ya sugirieron economistas alemanes y europeos, esta propuesta permite enfrentarse a la emergencia y, si no se aceptara, la situación actual podría transformarse en una crisis de la eurozona y, en definitiva, en una tragedia social y económica. Hace cien años, las naciones europeas no siguieron los consejos de John Maynard Keynes y de otros pensadores y economistas, con consecuencias catastróficas. No debemos cometer hoy el mismo error.
Es de fundamental importancia, hoy, actuar y demostrar a los pueblos europeos que somos capaces de una acción extraordinaria. Le pedimos que guíe el Consejo de Europa hacia esa acción, ofreciendo así al mundo la prueba de que los europeos saben, unidos, hacer frente a esta crisis y que son capaces de poner en marcha todo lo que hace falta para preservar nuestra unión y reforzarla frente a otras dificultades.
Confiamos, sehr geehrte Frau Merkel, en que esto ocurra bajo su dirección, de tal forma que otro mérito se añadirá a su herencia como canciller y como europea.
Mit freundlichem Gruß,